300 grs. de harina
140 grs. de masa madre (alimentada con agua y leche)
120 grs. de leche
120 grs. de agua
100 grs. de azúcar
40 grs. de mantequilla
2 huevos
30-40 grs. de ron
3 cucharaditas de agua de azahar
cáscara de limón
cáscara de naranja
canela en rama
Una vez mezclada el agua con la leche, se hace una infusión con las cáscaras de cítricos y el palo de canela. Se deja cocer unos minutos (la leche tiene que hervir). Se añade el ron y el agua de azahar y, una vez tibio, se toman 90 grs. de la infusión y se le incorpora el resto de ingredientes, excepto la mantequilla.
La masa será muy ligera y pegajosa; se amasa concienzudamente hasta que esté muy suave. Una vez bien amasada, se reposa 5 minutos y se incorpora la mantequilla, volviendo a amasar hasta que quede una masa lisa, muy suave y brillante.
Se deja fermentar hasta que doble el volumen; se forma como un roscón, formando una bola y rompiendo el centro con dos dedos enharinados y estirando como una correa. Una vez estirado se mete la sorpresa, se pincela con huevo y se deja reposar en la bandeja cubierta con papel de hornear. Se deja fermentar de nuevo, se vuelve a pincelar con huevo, se pone la fruta (o almendras, o lo que sea), el azúcar y se hornea unos 22-25 minutos a 220-200 grados.
Usé leche desnatada para alimentar la masa madre y también en la masa posterior, para que no hubiera demasiada grasa y resultara pesada. Supongo que se podrá hacer con otra leche, disminuyendo la cantidad.
Es muy importante amasar concienzudamente y dejar fermentar con paciencia y a buena temperatura.